Para que te exaltes, castellano,
hombre seco, hombre de tierra.
Para que me odies, catalán,
más fenicio que de Grecia;
y tú, manchego retardado,
cazurro de alma plebeya;
isleño cursi y rastacuero,
balear ladrón, hijo de chueta;
leonés rencoroso y zafio;
montañes vano, hombre de cera;
y tú, aragonés que llamas
a la bestialidad franqueza;
para que me mates, levantino,
simulador de arte y de belleza;
vasco hipocrita y ambicioso,
insultame con tu pobre lengua;
asturiano traidor y falso;
gallego llorón, y sin vertebras;
murciano sucio, feo y torpe;
extremeño de las cavernas;
madrileño que de Real orden
eres tonto por dentro y por fuera.
Yo os desprecio, os maldigo y os odio,
gentes cobardes de mi tierra.
Y para ti, andaluz idiota,
¡culebra!, ¡culebra!, ¡culebra!
Francisco Vighi (1920)
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